Taller mínimo para un apartamento

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Desde hace tiempo he tenido la suerte de contar con un espacio suficiente para tener un taller con algunas máquinas, bancos, espacios de almacenamiento y de trabajo. Pero esto no es común para un aficionado, además de que no queda en mi casa, por lo que no puedo trabajar sino los fines de semana. Ahora tengo un espacio pequeño en mi apartamento donde podré trabajar, un espacio mínimo en el patio de ropas donde no caben máquinas ni proyectos grandes, pero que será un rincón de Cinco a ocho. El primer proyecto y problema es hacer un banco de trabajo y espacio de almacenamiento de herramientas y partes.

IMG_3803Para el diseño, busqué inspiración en libros y encontré grandes ideas en The Minimalist Woodworker de Vic Tesolin y en algunos artículos de la revista The Woodworker, compilada por Lost Art Press. Con esas ideas en mente, diseñé un mueble modular para trabajar y almacenar herramientas: un banco con cajones y una tapa removible, y dos gabinetes colgantes, uno con cajones y otro con herramientas colgantes.

La mesa tiene una tapa removible, que se levanta y sirve de tapa para el gabinete con cajones que va fijado a la pared justo encima. Sin la tapa, la mesa mide solamente 38 centímetros de ancho y con la tapa puesta, 55. El espacio bajo la tapa es abierto, para permitir prensar y guardar algunos dispositivos, partes y herramientas de uso frecuente. Abajo tiene dos cajones.

Encima de la mesa irán dos gabinetes que no he empezado a construir. Uno con cinco cajones, tres pequeños y dos grandes, y otro con un espacio para herramientas colgantes como serruchos y formones. Dividí este mueble en dos, pues el primero debe poder girar sobre una bisagra para permitir acceso a una caja eléctrica que está justo ahí en la pared.

Cuando comencé a construir este banco recordé el dilema que enfrenté cuando empecé a trabajar en este oficio: para hacer un banco se necesita un banco. Esta vez tenía la suerte de poder trabajar en mi taller «grande», ¿pero qué puede hacer alguien que no tiene esta fortuna? Tal vez trabajar sobre la mesa de la cocina, un escritorio, un par de butacos o hasta en el piso. Es un reto complejo este dilema del primer banco.

En fin, estoy trabajando en la primera parte, el banco, y espero poder traerlo pronto a su lugar. Ya está bastante avanzado, aunque me faltan algunos días más de trabajo y no podré regresar al taller en al menos tres semanas, si no cinco. Entonces, cuando el banco esté en nuestro nuevo hogar, comenzaré un nuevo proyecto, dotar este taller mínimo de apartamento con las herramientas necesarias y suficientes para la ebanistería, agregando el reto de comprarlas en el mercado nacional, recurriendo al mínimo a las compras internacionales por internet. Así podré reportar qué se consigue, qué no, cómo es la calidad de las herramientas y distribuidores que se encuentran en Bogotá, y cuál es el presupuesto necesario para montar un pequeñísimo taller de aficionado.

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